Nueva York.-A cinco meses de las primarias demócratas, no se vislumbra un candidato presidencial sólido entre los 10 aspirantes. En febrero son las primarias de Iowa y New Hampshire.
La atomización demócrata contrasta con los republicanos, ellos están contentos y unidos en torno al presidente Donald Trump.
Los demócratas desperdiciaron tres años intentando destituir o desacreditar a Trump, esos planes fracasaron y aún no logran articular una estrategia con un candidato serio para enfrentarlo.
Trump mantiene un sólido apoyo del 42 por ciento del electorado, su reelección luce segura, pero quiere más.
Aumentando vértigo y desconcierto entre los demócratas, Trump dice que ocho años “no son suficientes”. Insinúa una enmienda constitucional para optar por un tercer mandato, con más poder congresual, si no le ocurre alguna catástrofe inesperada, ese cambio luce muy posible.
Si los demócratas no se unifican y asumen su papel opositor, facilitarán un tercer mandato de Trump.
Cuando George Washington terminó su segundo mandato le pidieron un tercero, pero se negó, retornó a su rancho, y dejó la tradición de dos períodos, nunca jamás.
Durante la crisis de la depresión del 1929, Franklyn Delano Roosevelt gobernó tres períodos y pretendía un cuarto, pero lo impidieron con una enmienda constitucional. La enmienda 22 del 1947, limita a dos períodos el ejercicio presidencial.
La Constitución de la ciudad de Nueva York establece que los alcaldes pueden servir dos períodos y nunca jamás. Mike Bloomberg, sin embargo, cambió eso y se reeligió a un tercer período como alcalde neoyorquino.
Entre Bloomberg y Trump hay una rivalidad, quizá el último intente en la presidencia lo que el primero hizo en la alcaldía.
Ahora nada justifica una tercera reelección pero, en cinco años, con cambio climático e imprevistos, esto puede cambiar.
La megalomanía es un poderoso motor de la historia.