Nueva York.-El presidente Donald Trump, por impensable parezca, pronto podría convertirse en el nuevo campeón de la migración, colocándose junto a figuras de la estatura de Ronald Reagan. Reagan fue el último presidente estadounidense pro-inmigrante, en 1986 le concedió la amnistía a más de 3 millones.
Más inmigrantes jóvenes trabajando aumentan producción y crecimiento económico, eso es tan elemental que no necesita ninguna explicación.
Un reciente reporte de Grupo de Innovación Económica reveló que la falta de trabajadores jóvenes reducirá el crecimiento económico estadounidense en los proximos años, eso es inaceptable. El descenso poblacional, dice el reporte, reducirá las proyecciones del crecimiento de 3 a 2 por ciento.
Sin inmigrantes no hay crecimiento económico, la población blanca declina, la única fuente de nueva mano de obra jóven para garantizar producción y crecimiento es la migración.
Como la principal misión del presidente estadounidense es garantizar el crecimiento económico. Al final los presidentes se juzgan por cuánto creció la economía durante su mandato y cuantas bases para crecimiento future él planteó.
Con eso claro, no faltan bolas de cristal para ver que vendrán reformas migratorias en el futuro inmediato.
El reporte del Grupo de Innovación Económica sugiere un nuevo modelo migratorio que incluya visas a extranjeros con determinadas condiciones para establecerse en áreas específicas del país.
Si en Wisconsin, el estado ganadero de la nación, declinará la población, por ejemplo, le otorgarían visas a veterinarios y profesionales de la industria láctea, para establecerse ahí.
Trump convencerá a su base racista de que necesitamos más migración sin mucho esfuerzo. Porque el racismo, explica Chinua Achebe, el inmenso novelista nigeriano, es una institución económica que devalúa la humanidad de otros para explotarlos mejor y aumentar las ganancias.
Buscarán formas institucionales de garantizar que los “nativos blancos” tengan un estatus legal mucho más privilegiado que los nuevos inmigrantes.
Limitarán derechos y aumentarán deberes de recién llegados, pero más inmigración es la única opción de la nación.
Y Trump lo sabe.