– En países de América Latina y el Caribe ya supera al éxodo de hombres-
San Juan Puerto Rico. Jueves 11 de abril de 2019.- Las mujeres que deciden dejar su país y emigrar son cada vez más, generando problemáticas de salud mental y situaciones complejas en los ámbitos social, familiar, económico y cultural.
En países de América Latina y el Caribe, la partida de mujeres comienza a superar el éxodo de hombres.
En República Dominicana, la emigración femenina constituye el 58.36% del total de inmigrantes, superior a la masculina, que ubica en 41.63%.
La información fue ventilada en la conferencia “Migración y Relación Familiar”, realizada por el Instituto del Dominicano en el Exterior (INDEX-PR).
La ponencia estuvo a cargo de la psicóloga Domnina Alcántara, quien sostuvo que la inmigración femenina ha aumentado tanto que en términos económicos iguala las aportaciones de los hombres inmigrantes.
“La inmigración de mujeres iguala a los hombres en valor de remesas, pero ha creado un serio problema de salud mental, porque en ellas descansan los roles de atención y cuidado de los hijos y del hogar. La familia siente muy hondo el abandono materno”, advirtió la profesional de la conducta.
Durante la actividad, realizada en la Casa Dominicana, en Santurce, el director del INDEX-PR, Adalberto Bejarán, indicó que la problemática y los retos que enfrentan las mujeres migrantes en materia de salud, inserción laboral y procesos intrafamiliares requiere de gran atención y política pública.
“Estamos hablando de miles de mujeres, madres, abuelas, hermanas, tías, que asumen roles de proveedoras económicas a un alto precio para sus familias”, subrayó.
En el mundo, la migración femenina representa el 49 % de la cifra total de población migrante, pero en América Latina esta cifra aumenta hasta el 50,1 %, es decir, están migrando más mujeres que hombres.
La conferenciante y recurso de INDEX, Domnina Alcántara, expresó que investigaciones demuestran que la movilidad femenina actual se está dando sin acompañante masculino.
“Cambió el patrón de que el hombre se va primero y la mujer queda en la casa cuidando a los hijos y esperando la remesa y luego se le unía. Ya no es así. Ahora es ella la que se marcha, es proveedora y asume roles tradicionalmente a cargo de los hombres”.
La profesional dijo que en la distancia la mujer toma las responsabilidades y las decisiones principales en la familia.
“Aunque se van, mantienen los vínculos y comparten los planes de la familia. Pero las familias transnacionales están rotas, divididas y enfrentadas ambas partes a estresores que llevan a problemas emocionales como depresión y trastornos de ansiedad”, apuntó.
Explicó que las familias viven una situación de pérdida-ganancia porque experimentan una mejoría económica, en educación y mayores recursos para la compra de ropa y alimentos, pero sufren la separación familiar.
“Se pierden ver crecer a sus hijos, algunas lo vuelven a ver cuando ya están grandes. Es un luto que no se termina”, subrayó al tiempo de referir la gran incidencia de depresión y ansiedad como mal que aqueja a las mujeres migrantes.
Los estresores también les genera una disminución de su estado de salud general, sentimientos de marginalidad y aumento de trastornos psicosomáticos.