Prejuicios y tabúes impiden a mujeres disfrutar de la sexualidad y erotismo

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Fotografía cedida este jueves de de la escritora Mónica Soto, posando en Ciudad de México (México). EFE/Mónica Soto/SOLO USO EDITORIAL

Fuente: www.efe.com

En México, las mujeres aún siguen sin disfrutar de su sexualidad y erotismo debido a los prejuicios y a que sigue siendo un tema tabú dentro de la sociedad, aseguró a Efe la escritora Mónica Soto Icaza.

«Nos enseñaron que una mujer que disfruta de su sexualidad tiene que ser medio puta porque no la puedes disfrutar si eres una señora decente», señaló en entrevista con Efe.

La autora de libros como «Grab my pussy, cuentos eróticos y algunos relatos de sexo explícito», comentó que en sociedades como la mexicana las mujeres aún temen disfrutar de su sexualidad.

La autora aseguró que hace falta educación para entender que el valor de una mujer no está en un órgano de su cuerpo sino en su naturaleza humana de persona.

Es justo esta visión lo que ha evitado que, pese a la apertura que se ha dado en temas de sexualidad, «la mujer todavía piense que está mal disfrutar del sexo».

Soto Icaza reconoció que en sociedades como la mexicana aún se hace pensar a la mujer que todo su valor radica en si se es virgen o no o si tiene el himen completo.

«Esto nos lleva a vivir con muchísimo miedo porque te dicen que no vas a encontrar a un hombre que te quiera en serio porque ya no eres virgen como si el intelecto y las emociones no fueran valiosos», estimó la escritora.

La autora, que se ha especializado en la literatura erótica, dijo que en este ámbito también ha habido una transformación pues antes el repertorio de novelas eróticas eran «todas sadomasoquistas y tenían un poco de violencia hacia las mujeres».

Ahora, aseguró, se está haciendo un cambio para plantearlas con la conciencia de que «el sexo no es solo para disfrute de los hombres, sino también de las mujeres».

Explicó que la sociedad en la actualidad está en un momento de mucha adaptación con mujeres entrando en la vida pública y buscando la libertad en todos los aspectos.

Esto, indicó, también lleva a un surgimiento de masculinidad distinta pues los hombres ya no se ven como proveedores y eso también lleva a un panorama de miedo y violencia «porque ya no saben qué son y sienten que tienen que enseñar quién manda».

La escritora explicó que se ha percatado de que existe una necesidad de la gente de expresar su sexualidad «porque cuando la gente está contenta con su sexo aporta más a la sociedad, comparte alegría y satisfacción».

Del mismo modo, señaló que es necesario acabar con los tabúes alrededor de estos temas pues eso lleva a que la gente, especialmente los jóvenes, no se protejan de manera adecuada.

«Les da pena pedir un condón o decirle a la otra persona que se lo ponga».

Dijo que por ello es necesario seguir hablando de este tema de forma abierta pues especialmente las mujeres se resisten a vivir de una manera más plena, «necesitamos que la gente vea que quien disfruta de su sexualidad no es una mala persona», indicó.

Finalmente, dijo que la literatura ha resultado una herramienta de liberación femenina, la cual contagia también a los hombres.

«Cada vez encuentras más mujeres con ganas de compartir su sexualidad, erotismo y deseo sin tanta culpabilidad y sin sentirse tan juzgadas como antes y un hombre que tiene una relación con una mujer más segura de sí misma y más libre disfruta mucho esa convivencia», concluyó.