Por Estela Brioso M.
Con este título abrimos un recorrido por la vida histórica de mujeres de distintas áreas y épocas que han librado mil batallas y con ello aportan bienestar a la humanidad día a día.
Durante la historia se ha pensado el papel de las mujeres como algo único y exclusivamente de ellas. Un rol que parece no variar, aunque con el paso del tiempo se ve que eso no es una herencia fija y exclusiva, sin embargo, los ideales machistas siguen pensando que la mujer es de la casa y el hombre es de la calle, y seguimos haciendo avances que sea diferente, de modo que, el hombre también pueda disfrutar del oasis que se vive en la casa.
Mujeres de mil batallas
En el recorrido de la humanidad encontramos a tantas mujeres que libran grandes batallas día a día, y en la casa y fuera de ella dan su cien por ciento, su noventa, su setenta y su veinte, más así siguen librando batallas.
Esas mujeres están en el silencio, ruido y movimiento de la casa, apoyando, haciendo la comida y la crianza de sus hijos e hijas, apoyando a la familia; las mujeres de la escuela que, con lápiz y cuaderno, libro y pizarra van tejiendo una humanidad nueva en esas pequeñas almas que la vida le ha puesto en sus manos; las mujeres que con una bata blanca van por el pasillo y sala del hospital, al tanto de la salud de personas que yacen en una cama; esas mujeres que están en la fábrica, en la empresa, en la oficina o en la calle, en el campo labrando la tierra, en el laboratorio de ciencia, en la universidad, en una cama por razones médicas, las que están en el transporte marítimo, aéreo o terrestre, las que están en cordura y las que están en locura, las que rezan, las ateas, y tantas otras que no sabemos a dónde están, sin embargo, pero que están ahí, dando el todo por el todo.
Son estas mujeres que en el silencio o ruido de su interior van librando mil batallas, van cayéndose y levándose, errando y acertando, riendo y llorando, heridas y sanando; son esas mujeres que en el canto y la poesía sanan y libran su batalla, en el llanto y en la danza dejan salir un grito desesperado que le libera y le levanta.
Mujeres de la biblia que libraron sus batallas
Mujeres de Antiguo Testamento
Sara, madre de todo un pueblo de fe, Israel, ella, con su perseverancia ayudó a tener la fe en auge.
Miriam, conductora del proceso de liberación con su hermano Moisés. Rajab, valiente mujer que de una manera quizás inconcebible para nosotros hoy, hizo su aporte a la historia de la salvación, Hebreos 11: 31. Débora, jueza, profetiza, líder guerrera, que hizo su aporte peleando con los guerreros de Israel y sus ejércitos, Jueces 5:7; Rut, trabajadora incansable, seguidora de una espiritualidad que la sostuvo hasta el final, Rut 1: 16; Ana, mujer de oración, adoradora, con su insistencia conquistó la derrota de sus enemigos, 1Samuel 2: 1; Ester, valiente, que se arriesgó para salvar a su pueblo y librarle de la masacre, Ester 2:17.
Mujeres en el Nuevo Testamento
María, humilde, sencilla, arriesgada, revolucionaria, dadora de vida, con su sí, abrió el puente por donde la humanidad transita y dividió la historia en dos momentos, antes de y después de Cristo, ella, la madre de Jesús, Lc 1:38; Priscila, cooperadora, profesora de la comunidad, líder de la iglesia naciente, formó equipo con Aquila, su esposo, trabajó con las comunidades del apóstol Pablo y puso las cimientes de una comunidad con liderazgo femenino, Romanos 16:3-4.
Marta y María en su casa de Betania, la cual se convirtió en oasis del Maestro, y ellas colaboraron dando lo mejor, Lc 10, 38-42.
María, la madre del Señor, Jn 19, 25-27 en el camino de la cruz, María de la Santiago, María la esposa de Cleofás y María Magdalena (Mt 27, 56; Mc 15, 40; Lc 24, 10; Jn 19, 25. Ellas en su deseo de acompañar al Maestro, libaron sus batallas.