Por: Marcos Cross.
(El Autor es presidente y diputado del PLD en Europa).
Santo Domingo, Rep. Dom._El ex-presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, gobernó durante dos períodos consecutivos, como presidente de esa gran nación, y en su segundo y último mandato dijo que había sido un privilegio extraordinario haberle servido a su país, pero inmediatamente expresó lo siguiente (aunque él fuera el único afectado directo de su propia afirmación): “…bajo nuestra constitución, no puedo postularme otra vez…la ley es la ley, y nadie está por encima de la ley, incluso el Presidente”.
En efecto, la Constitución de EE.UU., establece en su enmienda 22, sección 1, que: “Ninguna persona podrá ser elegida más de dos veces para el cargo de Presidente…”.
Tal vez, uno de los más importantes sacrificios que hizo el ex-presidente Obama por su país, fue el someterse de manera natural al orden constitucional establecido, y respetar la Ley Suprema de los EE.UU., que le impedía e impide la posibilidad de presentarse a un tercer mandato consecutivo, o volver a ser presidente, respectivamente.
Al contrario del camino elegido por el ex-presidente Obama, de respeto por la Constitución, en América Latina, algunos actuales mandatarios, luego de haber agotado dos períodos presidenciales consecutivos, y teniendo los mismos expresamente prohibido en sus constituciones el optar o presentarse a las elecciones para un tercer período consecutivo, han llevado a los tribunales o salas constitucionales los “preceptos constitucionales” que le son impedimento, judicializando un asunto que debiera ser decidido por los congresos o parlamentos de esos estados. Por ejemplo, el caso de Daniel Ortega en Nicaragua, y, además, el de Evo Morales en Bolivia. A tal extremo ha llegado este asunto, que una comisión bicameral del Senado de los EE.UU. adoptó una resolución en la cual, con carácter general, le exigía a estos gobernantes, y a los demás de América Latina, que respetasen los límites de los mandatos presidenciales establecidos en sus respectivas constituciones.
Con relación a los terceros mandatos presidenciales consecutivos, este año, el 16 de enero de 2019, el Lic. Gedeón Santos publicó un interesante artículo en el cual decía que: “…un tercer intento consecutivo de reelección…obliga… a saltar muchos muros y obstáculos que hacen más complejos los procesos políticos”.
En efecto, entre estos, el actual embajador, y representante permanente de la República Dominicana ante la OEA, citaba por ejemplo: “… un escenario donde se tenga que hacer una segunda reforma constitucional para favorecer exclusivamente al candidato a la reelección…”.
Así las cosas, en el contexto político actual, nos encontramos a poco más de un año del próximo torneo electoral. El actual mandatario, que ha sido electo por el pueblo dominicano en dos ocasiones como Presidente de la República, se encuentra agotando su último período constitucional, y no puede optar a presentarse como candidato a la presidencia de la República por impedimento constitucional. En efecto, eso es lo que establece expresamente el artículo 124, y la disposición vigésima de la Constitución.
El actual Presidente de la nación, el Lic. Danilo Medina, puede optar, en cambio, por una decisión sabia y prudente, al igual que lo hizo el ex-presidente de EE.UU., Barack Obama, esta es, someterse de manera natural a la Constitución, y hacer un sacrificio por la paz y tranquilidad del pueblo dominicano. Es un precio que vale la pena pagar por servir a la Patria.
Por otro lado, en medio de las advertencias y los peligros que están señalados en el camino hacia un intento de reforma constitucional, o peor aún, un “vericueto jurídico”, para lograr o hacer posible la habilitación que permita la repostulación, existe un precio no cuantificable a pagar, a nuestro juicio, ya que se puede abrir una caja de pandora de la cual salgan los peores males para la sociedad dominicana, por la díscola ambición de querer, a toda costa, un tercer mandato presidencial consecutivo.
A pesar de este incierto panorama, el pueblo dominicano puede depositar su confianza en la persona del Dr. Leonel Fernández, ex-presidente y presidente del PLD, quien está, día a día, escuchando el clamor de la nación que en más de un 70% no quiere ni apoya una reforma constitucional de esta naturaleza.
Ciertamente, con él a la cabeza, junto con sus fieles legisladores y legisladoras, su experimentado equipo político, y en suma, el ejército de hombres y mujeres que le acompaña, bajo cualquier circunstancia defenderemos la Constitución, y no permitiremos que las esperanzas del noble pueblo dominicano naufraguen por la ausencia de sacrifico y servicio de los que hoy ostentan el poder.