El maleficio de Afganistán

0
1598

J.C. Malone
JCMalone01@aol.com

Nueva York.-La lección más importante que aprendieron todos los grandes conquistadores de la historia, es que Afganistán es ingobernable.

Alejandro Magno ocupó Afganistán en el 330 antes de Cristo, huyó tres años después, en el 327, murió cuatro años después de su humillante derrota.

Genghis Khan construyó del Imperio Mongol, el más extenso del mundo, ocupó Afganistán en 1219, huyó en 1221, murió cinco años después.
Inglaterra fue derrotada en Afganistán en 1842; retornó, después huyó en 1919 tras la independencia afgana, y desapareció el imperio británico.

La Unión Soviética ocupó Afganistán en 1979, huyó en febrero del 1989, en diciembre del 1991, colapsó el imperio soviético.
Estados Unidos ocupó Afganistán en el 2001, ahora huye, todavía nos falta observar si morirá, como otros imperios que murieron en Afganistán, el cementerio de los imperios.

Los imperios suelen repetir los disparates de otros imperios, Inglaterra invadió Afganistán en el siglo XIX para evitar que Rusia lo ocupara y expandiera sus dominios. Rusia invadió Afganistán en 1979, para evitar que Estados Unidos lo invadiera.

En 20 años, la ocupación de Afganistán le costó $2.2 trillones al contribuyente estadounidense, (cada trillón tiene 18 ceros).
Un desglose del gasto militar, elaborado por Brown University, ¡revela algo espeluznante!
El Pentágono gasto $1.3 trillón de su presupuesto de guerra, el Departamento de Estado $59 mil millones y gastaremos $296 mil millones en el cuidado médico de los veteranos.

Pagaos $530 mil millones (más de medio trillón, más del 25% del gasto total) en intereses sobre los préstamos para la guerra, financiada con préstamos bancarios.
Perdimos la guerra los $530 mil en intereses, pero debemos $1.5 trillón, los ricos no pagan impuestos, nosotros no podemos pagar eso, ¿quién pagará esa cuenta?

Durante 20 años dijeron que esa ocupación era “imprescindible” para nuestra “seguridad nacional”, pero huimos, dejando atrás talibanes mejor armados y entrenados, ¿”y ahora, quién podrá defendernos”?