Por Estela Brioso M.
Al oír la palabra cuidar, podemos pensar en una situación de salud. Y al decir cuidar el corazón, puede pasar lo mismo, y pensemos en alguna pastilla para el buen funcionamiento de este órgano, o en alguna afección que pueda tener cualquier persona.
Y sí, pero no, al decir cuidar el corazón quiero hacer alusión no solo al cuerpo físico, sino también referimos al cuerpo emocional y espiritual, consciente de que un desequilibrio en cualquiera de ellos afecta. Es una invitación a cuidar el corazón.
Cuando la invitación abre camino para que sea
Una vez que está la disposición para hacer algo, entonces, aparecen las herramientas para realizarlo, y en ese sentido recuerdo que, hace unos meses atrás, una amiga y yo pasamos por una librería, y había un estante con libros a un precio especial, mi amiga vio el título de un libro y dijo en voz alta, voy a comprar este libro para orientarme en mis situaciones médicas del corazón; pero al llegar a su casa y ver el contenido, se da cuenta de que no tiene nada que ver con el título que ella compró, luego me recomendó comprar el libro, pues me ayudaría a mí y a las personas que acompaño. Un día, ella me acompañó a buscar el libro, pero nos dicen que ya se había agotado, sin embargo, uno de los empleados encontró en almacén el único ejemplar que había en existencia.
La enseñanza es que, al abrir la intención todo se pone en disposición, por tanto, he retomado esta invitación a cuidar el corazón en todos sus aspectos, a despertar la conciencia y a conectar con toda la riqueza que tiene guardada en su profundidad. A buscar los caminos que indiquen donde están las medicinas que curan no solo el corazón, sino también el alma.
Cuidar el corazón
Cuidar viene del sustantivo “coidar” y al mismo tiempo del latín “cogitare” que quiere decir pensar, amparar, resguardar, proteger, conservar, almacenar, esconder o atender, reflexionar, razonar, calcular, pensar o meditar. Es poner atención plena, diligencia, presteza, prontitud, solicitud, atención a algo (Diccionario de la RAL).
Al fijar la atención en todos los verbos que usa el diccionario para definir la palabra cuidar, me doy cuenta del sentido que cobra mi libro, quien como una excusa vino a mí, para que cayera en la cuenta de la invitación a fomentar el cuidado y los “primeros auxilios para el corazón”(así se llama el libro de Guy Winch).
Cuidar es muestra de amar, por ello, cuando estoy cuidando mi corazón, me estoy dando a mi mism@ la más grande muestra de amor que pueda existir, y en ese ejercicio de cuidar entran algunos elementos que pueden ayudar a implementar esta nueva tarea.
Cuidar es un compromiso de amor
Es una responsabilidad muy personal saber a quién se entrega el corazón, en que mano se pone, a qué emociones se arriesga, a qué sueños e ilusiones se empuja, a quién se le abre la puerta para que entre o a quién se les entregan las llaves de este.
Es un compromiso de amor con uno mism@ saber cómo gestionar el propio corazón, como promover la higiene de este y vivenciar esos tips cada día.
Tips para el cuidado del corazón
-Cuidar la higiene emocional, ya que las emociones tienen su rompe olas en el cuerpo físico.
-Sanar todos los sentimientos que se hayan quedado atorados en el corazón, como el odio, la rabia, el dolor.
-Desentrañar heridas de injusticia, abandono, rechazo, humillación y traición, que tanto dolor y tristeza ocasionan al corazón.
-Desentrañar la culpa y la vergüenza y cambiarla por la responsabilidad. Es más sanador decir soy responsable a decir, soy culpable.
-Validar las emociones positivas
-Abrir paso al perdón personal e interpersonal
-Pensar en positivo y comunicarse de forma asertiva
-Hacer dietas de emociones negativas y hábitos destructivos como la crítica a otros
-Vaciar el corazón de recuerdos nocivos que empalidecen la acción diaria del buen vivir
-Exponerme constantemente al amor integral, a la gratitud y a la plenitud, como acciones que ayudan en esta bonita acción de cuidar nuestro corazón
-Asumir esta tarea como una acción personal!