CAMINANDO POR LAS CALLES COLONIALES

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Por Johanna Astwood,
Estudiante Comunicación Social UASD

Es difícil escribir estas líneas… considerando que es diferente a lo que usualmente se publica,  sin embargo, he tenido un gran aprendizaje, el cual es pertinente compartir.

Me encontraba caminando por las calles coloniales de nuestro amado Santo Domingo, caminar por ahí, siempre trae una mezcla de sentimientos: nostalgia, alegría y paz. En medio de mi carrusel emocional, veía a los padres vigilando a sus hijos en los parques, pasando lindos momentos, que obviamente esos hermosos seres recordaran para toda su vida.

La tarde caía, con hermosos matices rojos, en algunos partes rosados, cada segundo que pasaba, la oscuridad iba adentrando las paredes coloniales, indicaba una sola cosa: era momento de volver a casa.

Me sentía sumamente dichosa, contaba con la facultad de poder ver aquella majestuosidad de atardecer y, sobre todo, sentir como aquella brisa marina, acariciaba pegajosamente mi pálida piel. No tengo palabras para describir lo hermoso de ese momento…

La policía mental que vive en mi mente, comenzó con uno de sus interrogatorios, solo podía pensar: ¿Qué carajos quieres? -Ella comenzó a cuestionarme sobre el egoísmo… me preguntó: ¿Has deseado tanto algo, que lastimas a quienes quieres solo por conseguirlo? Entonces, pensé y respondí y dije no. La policía mental, inquietante e incasable, preguntó nuevamente ¿Estás segura, Johannita?

-Bueno, no he lastimado a nadie y no he logrado todo lo que he deseado. – Me imaginé frente a mi, en una pequeña mesa, dentro de cuatro paredes verdes… mirándome directamente a los ojos y diciendo: ¿Sabes que mientes? No pude aguantar y preguntarle a mi estimada conciencia: ¿A quién he lastimado? imaginé a la Johanna policía cruzando las piernas, colocándose de lado, con la mirada indirecta hacia mi… No tardó en hacer más preguntas…

-Dime Johanna, ¿no te levantas todos los días súper temprano para ir a trabajar y estudiar? -¿Cómo esto puede ser un crimen? Preguntaba la Johanna criminal-
-¿Cuántas veces has dejado de ver a tus amigos, porque debes levantarte temprano? De hecho ¿Tienes amigos? Hace tiempo que no hacemos ejercicio porque quieres estar “al 100%” para poder trabajar y estudiar… ¿Cuántas veces, has deseado irte a unas largas vacaciones? Ah! Pero no!!! Decides trabajar y estudiar, trabajar y estudiar, persiguiendo lo que quieres, te olvidas de ti misma, eres egoísta contigo, te prohíbes cosas maravillosas, solo por cumplir el rol que la sociedad quiere que cumplas, peor, que sabes que la sociedad es una “Ficción” – ¿ficción?- preguntó la Johanna Criminal.
– ¿Cuántas veces has dejado de hablar con tus amigos en sus momentos difíciles? ¿Cuántas veces, has descuidado tu salud, como si lo único que realmente importara es trabajar? ¿Cuántas veces has complacido a la sociedad y no a ti misma? – Johanna policía se paraba suavemente, apoyando sus brazos sobre la mesa e inclinándose hacia delante, mirando fijamente a mis ojos. Agaché la mirada, como si fuera una niña pequeña recibiendo un reproche de su madre.

Sin embargo, no podía negar que tenía razón… no me equivocaba… era la realidad…

La Johanna policía desapareció, todo el escenario se esfumó, y mi mente volvió a este plano real… miré a la hermosa luna, que estaba sobre una iglesia… era, tal vez , la imagen mas hermosa que había visto. El viento comenzó a soplar suavemente, lo cual era una bendición, el calor ese día era insoportable…  Levanté suavemente la mirada al cielo y vi también las estrellas y pensé : La vida no es una competencia, y me pregunté  ¿Qué es la vida? No podía comprender con exactitud todo el asunto, pero, poco a poco, comencé a entender, que había actuado con egoísmo hacia mi. Había pensado en logros y éxitos, pero había olvidado por completo mi ser… el yo interno… Suena casi como algo religioso o tal vez psicológico, pero… ¿Estas tú en la misma posición? ¿Has dejado pasar momentos? ¿Has dejado de lado formar una familia? ¿Has dejado de lado a tu familia? ¿Qué has hecho por tu yo interno?