En las elecciones congresuales y estatales de noviembre, competirán más de 500 candidatas. La Cámara de Representantes, en Washington, tiene 435 miembros, en noviembre 395 mujeres buscan esos escaños, 72 intentan reelegirse.
Por J.c. Malone
Nueva York.-Vivimos tiempos de Fuertes contrastes politicos. Pasamos de un derechista blanco, George W. Bush, a un “liberal negro”, Barack Obama, a un empresario derechista, Donald Trump, ¿seguirá una mujer negra como primera presidenta?.
En el Partido Demócrata mencionan a tres mujeres negras como posibles candidatas presidenciales, Michelle Obama, Oprah Winfrey y la senadora de California, Kamala Harris.
Obama es una Hillary Clinton negra sin experiencia de Estado. Sus ocho años de experiencia en la alcoba presidencial, no la califican para ser presidenta; con Hillary aprendimos que si duermes con un presidente, no amaneces presidenta.
Winfrey, es una Donald Trump negra; empresaria exitosa, sin experiencia de estado, ambos son celebriddes de la TV.
Harris es la más preparada; fue procuradora general de California, ahora es senadora en Washington.
En las elecciones congresuales y estatales de noviembre, competirán más de 500 candidatas.
La Cámara de Representantes, en Washington, tiene 435 miembros, en noviembre 395 mujeres buscan esos escaños, 72 intentan reelegirse.
El senado tiene 100 escaños y 38 mujeres compiten por ellos, 12 intentan reelegirse. Hay 48 mujeres demócratas y 31 republicanas, 79 mujeres, compitiendo por 50 cargos de gobernadoras estatales.
Muchas mujeres han sido gobernantes exitosas, recuerden a Margaret Thatcher en los 80, y ahora Theresa May en Inglaterra, Angela Merkel sigue en Alemania.
Los varones blancos volvieron el mundo una absoluta porquería, las mujeres suelen reorganizar nuestras vidas y nuestros desórdenes. Es una realidad histórica.
Un “negro liberal”, Obama, limpió el desastre que dejó un blanco derechista, Bush, sería “normal” que una negra limpie lo que deje Trump, otro derechista blanco.
Un gobierno de mujeres con auténticas perspectivas femeninas, reorientaría la nación e influiría positivamente el resto del mundo.
Necesitamos los dones femeninos de organización financiera y hogareña en el gobierno, necesitamos las mujeres en el poder.