Por Sandra Londoño
Gracias a Dios por la sanidad de mi hija.
Angie Vanessa Castro tenía 14 años cuando su vida le cambió. Hasta ese momento fue una joven que no refirió enfermedad alguna, pero unas pequeñas bolas en su cuello despertaron su atención e hicieron que buscara ayuda médica.
Su primera parada en el proceso fue donde una médica general que la remitió donde un hematólogo. Este último vio como anormal lo que la niña presentaba y solicitó una biopsia para definir el carácter benigno o maligno de las estructuras.
El resultado del examen, efectuado a finales del 2008, concluyó que padecía linfoma de Hodgkin. Otros exámenes alternos también mostraron un tumor grande en el mediastino, espacio ubicado en la caja torácica detrás del esternón, cerca a la columna vertebral y próximo a los pulmones.
Señaló que esta patología fue asintomática. Recalcó que no sintió sudoraciones nocturnas ni fiebre y mucho menos perdió peso, como pasa con la mayoría de pacientes. Solo notó las protuberancias en su cuello y que estas desaparecieron con el tratamiento.
En enero del 2009 Castro comenzó las quimioterapias. Recordó que respondió muy bien a los siete meses de tratamiento y que no necesitó de intervenciones quirúrgicas o de radioterapias. Recalcó que la Fundación Alejandra Vélez Mejía y Oncólogos de Occidente fueron fundamentales en su caso.
“Perdí el cabello a la segunda quimioterapia, también las pestañas y las cejas. La coloración de las uñas cambió, se tornaron más moradas. Nunca decaí, solo pensaba en que me iba a recuperar”, apuntó Angie Vanessa.
Hoy tiene 20 años y está sana. Disfruta al máximo su vida y quiere devolver algo de lo que los especialistas hicieron por ella. Cursa sexto semestre de enfermería en la Universidad de Caldas y no ve la hora de ayudar a quienes están atravesando el camino que ella recorrió.
“El mundo le cambia a uno por completo, se tiene que aprender de todo. Cómo comer, cómo bañarse, etc, todo es diferente. Hay que mantener muy limpia la casa. Me enseñaron a tener unos cuidados especiales y eso es lo que quiero hacer ahora con otras personas”, concluyó.
Expertos
El linfoma de Hodgkin que padeció Angie Vanessa está entre los más frecuentes y se caracteriza por la presencia de una célula denominada Reed-Sternberg. El linfoma no Hodgkin es otra variante de la patología e incluye un grupo diverso de daños en las células del sistema inmunitario. Según Jheremy Reyes Castellanos, especialista en medicina interna y hematología, los tipos de la enfermedad son muchísimos.
Reyes Castellanos, miembro del Instituto Nacional de Cancerología, define la enfermedad como un cáncer de la sangre que deriva en los ganglios linfáticos. “Es muy común que se observen masas en el cuello, en las axilas y en la ingle. Sin embargo, puede presenciarse en cualquier otra parte del cuerpo”.
El especialista aclaró que pese a que las manifestaciones en los linfomas son similares, el tratamiento de cada uno es diferente y multidisciplinario. Dijo que la mayoría de los casos requiere quimioterapias y que en menor proporción se necesita de radioterapias y cirugías o de todos al tiempo.
“Es una enfermedad de todas las edades, de todas las razas y de cualquier tipo de persona, la geografía no determina nada en estos casos. Los factores de riesgo no son muchos, pero sí hay muchos por descubrir. La gente no tiene que preguntarse ¿qué hice mal?, le puede pasar a cualquiera”, expuso.
Reyes Castellanos aseveró que el impacto social y físico en los pacientes con linfoma es inmenso. Dice que hay que apoyarlos a ellos y sus familias.
La oncóloga pediatra Bibiana Villa habló de un tratamiento alternativo para los pacientes que padecen algún tipo de linfoma: “El trasplante de médula ósea a veces se hace necesario. El especialista tratante tendrá que definirlo en cada caso”.
Factores de riesgo
Algunas situaciones hacen que una persona sea propensa a padecer los tipos de la patología, según los Laboratorios Roche:
* Sufrir de Sida o de enfermedades como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoide y el virus de Epstein-Barr (VEB), relacionado con la aparición de herpes. También por tener historial con la hepatitis C y en tratamientos para la bacteria Helicobacter pylori, precursora de problemas gástricos.
* Antecedentes de trasplante.
* Continua exposición a químicos (herbicidas e insecticidas).
* Aparece tanto en jóvenes como en adultos, pero son estos últimos los que la sufren con mayor frecuencia. El linfoma no Hodgkin tiene mayor incidencia en personas de 60 años.
Toda la Gloria y Honra sea para Dios
iMi niña es una guerrera! iTe amo!