Por Dominga Valdez
Si tú no estás en los momentos relevantes en la vida de sus amigos, momentos como cumpleaños, en la funeraria ahí sentado con ellos, abrazándose por la muerte de un familiar, presente en los procesos de enfermedad, graduaciones de sus hijos, momentos difíciles y alegres de tus amigos, usted no es considerado amigo/a.
La amistad se compone también de integrar a tus selectos amigos en la alegría y la enfermedad.
La amistad va más allá de verse un día y saludarte con hipocresía.
La amistad ese compromiso y un grado sumo de lealtad, discreción, solidaridad, seguimiento y aceptación tal como somos, porque como nadie es perfecto.
La amistad es hermandad y solidaridad, apoyo incondicional.
Hay conocidos y existen amigos, a veces más que un hermano/a.
Los amigos y amigas son esos hermanos que la vida te regala, esos hermanos que llegan a tu vida para compartirla.
Los amigos se les corrige cuando están errados, se les defiende, en su ausencia.
Si mis amigos sufren, yo también.
Toda situación de un amigo, debe ser nuestra.
Por eso que no todos lo que dicen ser amigos, lo son porque en la amistad también es entrega .
Valiosa es la amistad sin dobles filos esa que perdura a través de los años, unidos hasta el final de nuestros días.
Para ser amigos hay que despojarse de la envidia y esa mediocridad que todo lo daña.