Testigo del tiempo
Por J.C. Malone
JCMalone01@aol.com
Nueva York.-Mientras el presidente Donald Trump construye un nuevo orden mundial, los ignorantes esconden su ignorancia acusándolo de “loco”.
La vieja alianza de Estados Unidos y Europa morirá.
La envejeciente población europea la reemplazan inmigrantes africanos y musulmanes, refugiados de la política de Barack Obama en Africa y el Medio Oriente. Hay gente sin educación, con cultura, idioma y religión diferente.
A Europa le esperan tortuosos años para asimilar y aceptar su nueva diversidad e identidad. Europa no tiene futuro inmediato, Asia sí tiene futuro.
Con su inmenso mercado, mano de obra abundante, barata, trabajadora y disciplinada, con regulaciones casi inexistentes, Asia entibia el corazón de muchos ejecutivos corporativos.
Trump coquetea con las coreas y Japón, intercambia puñetazos con China, pero está en el centro de Asia. Todo imperio debe expandir su territorio-mercado para aumentar sus riquezas.
También cambia procedimientos, los contactos entre gobiernos hostiles lo hacían “diplomáticos”, Trump usa espías. Envió al jefe de la CIA, Mike Pompeo, a contactar a Kim Jong un en Corea del Norte.
Kim le envió a Trump al jefe de sus espías, Kim Yong Chol, un hombre que hasta tiene impedimento de entrada a los Estados Unidos.
Lo recibió Pompeo, ascendido a Secretario de Estado.
Los espías tendrán más participación en la política mundial, porque el presidente ruso, Vladimir Putin, fue jefe del espionaje soviético.
Trump y Kim en Singapur me recordaron a Richard Nixon y Mao Tse Tung en Pekin en 1972. Nixon le dijo a Mao que pese a sus diferencias, “lo que nos junta es el reconocimiento de una nueva situación en el mundo”.
Trump está transformado el orden mundial conocido.
La Revolución del Conocimiento comenzó cuando aceptamos la ignorancia, admitir que ignoramos algo, es el inicio del entendimiento.