En la Semana Santa en República Dominicana y donde resida un dominicano fuera de su tierra, decir habichuelas con dulce, es llamar a un junte seguro de familiares, vecinos, compatriotas y amigos, donde se deleita éste plato culinario que se han obtenido pocas informaciones sobre ese apetitoso manjar que se saborea durante la cuaresma y la pascua de resurrección.
Pensé que algunos puertorriqueños no les gustaba este plato, por la mezcla de sus ingredientes, como leche de coco, leche evaporada, azúcar, canela, pasas, batatas, mantequilla, pizca de sal, galletitas de leche y habichuelas blanditas, pensé que no, que a nadie que no fuera dominicano, no moría por probarlas frías o calientes.
Como inmigrante en esta la isla del encanto y mirando que cada día se casan más dominicanas y puertorriqueños y viceversa, tenía siempre la curiosidad de saber si en semana santa, nuestro plato tradicional de ésta temporada las preferidas “Habichuelas con dulces”, eran consumidas por esposas, esposos, boricuas e hijos puertorriqueños.
Tal fue mi sorpresa al entrevistar a varios boricuas, aquí sus opiniones.
Rosa Salgado vendedora:
Manifestó que «Las habichuelas con dulce es manjar de los Dioses, me encanta ese dulce dominicano, me gusta esa mezcla de sabores, es un sabor agradable al paladar, tiene ingredientes nutritivos como el coco, es muy bonito que los países no pierdan sus tradiciones y mantengan vivas su cultura fuera de su patria».
Por su lado el pastor adventista Héctor Matías, expresó lo siguiente: » El sabor me gustó, de su postre típico dominicano, las habichuelas con dulce».
Asimismo opinó la puertorriqueña Iris Santiago quien dijo «Sí, la he comido, me gustó, es buena, cuando viajo a Santo Domingo, allá fue que la probé».
Andrés Bruno, manifestó “La mejor habichuelas con dulce me la comí en Enriquillo, Barahona, me encanta la mezcla y los sabores de la batata, las habichuelas y la leche, son únicas”.
Nélida Hernández, expresó que «Sí me gustan, pues mi esposo dominicano Néstor Ramírez, me enseñó a comerlas», expuso.
Hacer una gran olla de éste postre distintivo de la cocina dominicana, es como recordar que estamos allá en nuestra tierra, en nuestro barrio, campo, municipio, sector o región, donde se elabora con algunas variaciones, como por ejemplo en la capital y en el Cibao se comen con los granos enteros, en tanto que en la región sureña, en muchos hogares prefieren las habas con dulce, aunque les salga su amarguito, ningún ser viviente de la tierra de Juan Pablo Duarte, se resiste a no probarla, aunque sea por juntarse a jugar unas manitas de dominó, escuchar bachatas, comer pescado con coco y mero frito, olvidando algunos su espera de la amnistía migratoria.
Sin embargo muchos puertorriqueños se encuentran rara esa unión de ingredientes que llevan la elaboración de nuestro postre típico.
“Ustedes los dominicanos, tienen unos inventos bien raros al cocinar, pero me encantan su mangú con salami, habichuelas guisadas con sal, su país, su cerveza, playas, sancocho y su gente alegres y hospitalarias, pero habichuelas con dulce, nena, no entiendo esa mezcla”. Manifestó mi vecina en tono jocoso, porque aún con la preocupación por el CoronaVirus, los dominicanos mantienen vivas sus tradiciones de Semana Santa.