Fuente: alertageo.org
El granjero keniano Theophilas Kimanzi esperaba una cosecha abundante esta temporada.
Pero una mañana de la semana pasada, se despertó y encontró que las langostas del desierto se habían comido todos sus cultivos.
«Se dieron un festín con el maíz, los gramos verdes, incluso comieron sandías», dijo Kimanzi. «También comieron lo que estaba destinado a nuestras vacas y cabras. No tenemos mucho que hacer aparte de pedir ayuda al gobierno.»
Además de Kenya, las nubes de langostas sin precedentes también han llegado a partes de Etiopía y Somalia, devorando cultivos y pastos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que se trata de la peor invasión de langostas del desierto en África oriental en 25 años, y para Kenya, la peor en 70 años.
Las autoridades han desplegado aviones para fumigar y matar las langostas antes de que se propaguen a los vecinos del sur de Sudán y Uganda.
Stephen Njoka es el director de la Organización de Control de la Langosta del Desierto de África Oriental.
Mientras tanto, los agricultores como Kimanzi han intentado todo, desde quemar neumáticos hasta hacer ruido para tratar de ahuyentar las plagas.
La Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), un bloque comercial del noreste de África, dijo que se necesita más ayuda en la lucha contra la langosta.
Guleid Artan es el director del Centro de Predicción y Aplicación del Clima de la IGAD.
«Si esto no se resuelve rápidamente y a tiempo, tendrá un grave efecto en la seguridad alimentaria de la región». Artan dijo. «Desde el último informe del grupo de Crisis de Seguridad Alimentaria Mundial, había 27 millones de personas que necesitaban ayuda alimentaria. Alrededor de 13 (millones) se debieron al clima que se estaba recuperando por las lluvias que recibimos. Eso empeorará si no se resuelve a tiempo».
Las langostas prosperan debido a los cambios en los patrones climáticos, según los expertos.
«En este momento, la invasión de la langosta está asociada a factores ambientales favorables que van desde el aumento de la temperatura y también el movimiento del viento que ha sido favorable en términos de hacer que los enjambres se muevan y luego también las lluvias que han sido favorables», dijo John Recha, un científico del clima del Instituto Internacional de Investigación de Ganado.
Pero los expertos dijeron que las lluvias inesperadas también están previniendo la sequía que sólo causaría la destrucción de más cultivos.
Eso es poco consuelo para los agricultores como Kimanzi, que se quedan contando sus pérdidas y esperando que las langostas puedan ser detenidas.