Nueva York.-El presidente Donald Trump ganó las elecciones con su llamado “Hagamos a América Grande Otra Vez” (Make America Great Again). El ex vicepresidente demócrata, Joe Biden, propone “restaurar” la Constitución, los valores e ideales nacionales.
Son dos septuagenarios blancos, Trump 72, Biden 76, planteando volver al pasado. “Volver a aquellos buenos viejos tiempos”, es el discurso manifiesto.
El discurso latente acepta que “perdimos grandeza, importancia e ideales”, por eso quieren retroceder al mundo de ayer.
Los “buenos tiempos” de Trump y Biden, son a su adolescencia, los años 50-60, antes de Rosa Parks, Luther King y los Derechos Civiles. El mundo empezó a quebrarse cuando Parks se negó a levantarse para darle su asiento de autobús a un hombre blanco, quieren retroceder, quizá para “corregir esa distorsión”.
En ese tiempo negros y latinos valíamos menos hoy. Y mujeres jóvenes como Alexandria Ocasio Cortez e Ibraham Omar, congresistas de Nueva York y Minnesota, no desafiaban al hombre blanco, solo podían soñar con un “buen matrimonio”.
Otro blanco septuagenario, Bernie Sanders, con 77 años y aire de Bertrand Russell, propone avanzar, expandir el bienestar social reduciendo las desigualdades económicas.
Entre Sanders Biden y Trump suman 225 años. Ellos son estupendos candidatos a la presidencia de la asociación de viejitos no retirados, no la presidencia estadounidense.
Acumulan experiencias valiosas para los dirigentes jóvenes con ideas nuevas que avanzarán al futuro. Los nuevos tiempos demandan nuevos líderes con nuevas interpretaciones del pasado y nuevas visiones del futuro.
Quienes crecieron en un mundo controlado por el servicio postal, no pueden ni deben dirigir el mundo de nuevas tecnologías, como inteligencia artificial y los autos “autoconducidos”.
Trump, Biden y Sanders deben ser parte del pasado.
Si ellos son nuestra esperanza futura, no tenemos futuro.
Nunca llegaremos al futuro, si navegamos contra la historia.