Por: MariadeLourdes Pérez Ramírez
¿De cuáles mujeres?
¿Sabes cuántas mujeres hispanas/latinas pobres hay en este país? ¡Sí, en Estados Unidos!
¿Sabes cuántas no tienen ni para comer?
¿Sabes cuántas viven de $1 a $2 bajo el nivel de pobreza que establece el gobierno Federal de EE. UU.?
¿Sabes cuántas no tienen un hogar, un techo donde vivir?
¡Sí, estoy hablando del país más rico del mundo!
A pesar de que la mujer hispana ha progresado en cuanto a oportunidades de empleo y que hay aproximadamente 11 millones de mujeres hispanas que tienen un empleo, éstas siguen siendo víctimas del discrimen en cuanto a salario (National Partnership for Women and Families, 2018). A las mujeres latinas/hispanas le pagan menos que a sus contrapartes masculinos—incluso hombres hispanos. Una mujer hispana que es CEO (Chief Excecutive Officer o Principal Oficial Ejecutivo) gana un salario de 35 centavos por cada dólar que gana un hombre blanco no-hispano que es Principal Oficial Ejecutivo.
Si este grupo es víctima del discrimen económico, imagínate las mujeres hispanas que tiene un empleo, pero no la ventaja de ser Principales Oficiales Ejecutivos. Las brechas salariales en Estados Unidos afectan a todas las mujeres, pero las más afectadas, según el estudio Beyond Wages: Effects of the Latina Wage Gap, publicado por el National Partnership for Women and Families, 2018, son las hispanas.
Hablemos de las “otras” hispanas que ni mencionamos en nuestras páginas de Facebook. Probablemente las ves todos los días en alguna esquina. No importa dónde vayas o dónde vivas: Puerto Rico, Florida, Washington D.C., Nueva York, Massachussets, Chicago, e incluso en el lugar que menos creemos que puede haber pobreza: en Sillicon Valley, California. Exacto, en el estado y área donde operan Facebook, Google, Microsoft y las grandes empresas de tecnología. Hablemos de las que son todavía más pobres. Probablemente alguien o alguna organización sin fines de lucro les da una limosna: una comida un día, un abrigo otro y hasta un albergue por varias noches. ¡WOW! ¡Qué logro!
La revista The Economist cita un estudio hecho en marzo de 2018, refleja que “solamente 5% de los americanos creen que los programas contra la pobreza tienen algún impacto en reducir la pobreza; 47% opinan que dichos programas no tienen ningún impacto y si lo tienen, es negativo”.
Los autores Tan & Griffiths (2018), autores del libro New Agenda in Fighting Poverty, opinan igual. La pobreza no se va a reducir ni a eliminar con la caridad. Entre los años 1949 al 2008, Estados Unidos donó a los gobiernos de varios países, más de $2.3 trillones ($2,000,000,000,000.00) para ayuda social. De esos $2.3 trillones, explica Richard Dowden, director de la Sociedad Real de África, dicho país recibió $1 trillón, lo que equivale a casi $5,000.00 por cada africano (al valor de 2018) si ese dinero se hubiese distribuido entre cada uno de los africanos que viven en dicho país.
Lamentablemente, en África y en los países a los que el gobierno de Estados Unidos ha donado dinero para reducir la pobreza y mejorar la economía de los ciudadanos, lo único que ha crecido es la misma pobreza. Lo mismo pasa en Estados Unidos. Tan & Griffiths concluyen que los estudios económicos han probado que es muy difícil encontrar una relación confiable entre la caridad y el crecimiento económico. En otras palabras, la caridad es una medida a corto plazo que solo atiende los síntomas pero no el problema.
Todavía más claro: las limosnas, la caridad, por más bien intencionadas que sean, no reducen la pobreza ni erradican el problema social de personas sin hogar. Le das de comer hoy y mañana siguen con hambre; le das un abrigo hoy y mañana siguen con frío; le das un techo una noche y mañana siguen sin hogar.
Mañana, nuestras hermanas hispanas pobres volverán a tener hambre, frío, a dormir sobre cartones en una esquina. Hay muchas razones para que nosotras las mujeres empresarias (micro o gigantes) nos sintamos muy orgullosas de nuestras luchas y nuestros logros como mujeres. Y nuestros logros como mujeres de negocio. ¡Nos lo merecemos, claro que sí! Tú te lo mereces. Y tú también. Todas nos merecemos darnos una palmadita en el hombro por ser negociantes, aunque de vez en cuando tropecemos.
Amiga mía, yo te pregunto con todo el respeto y admiración que tengo por ti:
¿Podemos sentirnos bien sabiendo que, mientras nosotras celebramos nuestros logros, hacemos planes para nuestros negocios y los anunciamos a los 4 vientos; modelamos nuestros nuevos estilos de maquillaje y ropa, vamos a talleres para mejorar nuestras destrezas (cosa que es muy importante), todavía hay miles de mujeres latinas/hispanas COMO NOSOTRAS que viven doblando rodillas todos los días?
Hermanas que viven no viviendo, sino luchando contra el tiempo y la miseria.
Solo una cosa reduce la pobreza entre las mujeres, no importa el país en que vivan. En India, Japón, Hong Kong, el Líbano, Nueva Zelanda, los Emiratos Árabes, Nigeria, Sur África, Chipre, el Reino Unido, Francia, Grecia y Argentina.
Solo el empresarismo. Más fácil decirlo que hacerlo. Todas somos empresarias en estos grupos. No es cuestión de un taller, de un desfile de modas para recaudar fondos. Discúlpame por lo tajante. Pero yo me pregunto, ¿en qué mundo vivimos que solo pensamos en nosotros mismos?
Marzo es el mes internacional de la mujer. De TODAS las mujeres. De NOSOTRAS. Y de ELLAS también. Porque sabemos que cuando una triunfa, todas triunfamos.
Te dejo para que pensemos.
¿Qué vas a hacer tú? O mejor, ¿qué vamos a hacer nosotras juntas?
Abrazos a todas,